Descripció geogràfica adjunta al Plano de Buza y Anti-Buza, con sus vertientes, d’Agustí Canellas (cf.), c. 1812 (Instituto de Historia y Ciencia Militar, sig. A-29-23, n. 2403).
El pla de Busa, al Grau de la Creu, cobert de narcisos a finals d'abril.
Segons les diverses biografies consultades, el matemàtic i geodesta Agustí Canellas i Carreras (Alpens, 1765 - Alella, 1818), durant la guerra del Francès va ser ajudant de camp de diversos generals, adscrit a la plana major de l'Exércit, s'encarregà dels treballs topogràfics i obres de campanya; va fer itineraris i descripcions topogràfiques. El 1810 va ser nomenat capità de guies, càrrec que desenvolupà fins octubre del 1814. Va dirigir les fortificacions del campament establert a Busa a partir del 3-IX-1811, les quals van ser suspeses a finals de 1812 per manca de recursos. Va fer un mapa de Busa, que si no és aquest, és que aquest n'és una còpia. [Transcripció, fotografies i introducció de Jesús Burgueño] |
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"Caminando acia el N desde Cardona, a 7 horas de distancia, encontramos la célebre montaña de Buza, colocada al par de los Pirineos bajos y en medio de sierras fragosismas con quienes se desdeñan juntarse sus vertientes escabrosas y profundas. Después de haver trepado por sendas ásperas y tortuosas que atraviesan la pendiente, se presenta su espaciosa cima con asombro y admiración, circundada toda de riscos horrorosos, y guarnecida por doquiera de peñascos tajados de una altura increíble. No es posible manifestar la agradable sensación que el hombre dentro de sí mismo experimenta, quando después de tan espantosos precipicios descubre la hermosa y dilatada llanura, defendida por algunas suaves colinas que se extienden desde el Mediodía, y por una larga cordillera, que estribando sobre las mismas rocas cortadas, corre por toda su parte septentrional. Su elevación es tal, que desde la altura de la Guardia la vista recorre la mayor parte del Principado, y en días serenos al través de los diferentes órdenes de montañas que le interrumpen, se descubren desde lo más alto de su cordillera las remotas aguas del Mediterráneo.
El llano está poblado de trechos de bosques frondosos donde crecen el pino, roble y encina, junto con el bog y el enebro; hay también cultivados algunos pedazos de tierra aunque con poco esmero, y la mayor parte ocupan dilatadas praderas adornadas por la primavera de florecillas, y plantas olorosas y medicinales, y que proporcionan abundosos pastos para el ganado. Por todas partes se encuentra en el verano abundancia de fresa; hay dos fuentes de agua esquisita; ni faltan tampoco árboles frutales. Antes su población estaba reducida a una rectoría compuesta de solas cinco casas, cuyas familias sencillas y laboriosas sacaban su subsistencia del cultivo de los campos. En el día es ya la residencia de los alumnos del Colegio Militar, los que viven en barracas fabricadas por estos mismos. Existen también los prisioneros franceses, y algunos otros empleados por el Gobierno, con lo que se aumenta su población, construyendo algunas casas y barracas. Tiene tres puntos llamados el Grau –donde está la entrada principal–, el paso de la Liebre y de San Lorenzo de la Muga [sic, per Morunys], en los que a causa de ser algo más accesibles, se construyen algunas obras de fortificación. Goza de un clima saludable, aunque frío por el invierno y algo destemplado en las demás estaciones."
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